La arquitectura hegemónica —anclada a metodologías decimonónicas y a la fe inmutable en la forma-objeto— exhibe una resistencia sistemática a las revoluciones tecnológicas y epistémicas contemporáneas. Desde el flanco conservador de un mundo que ignora los modelos de aprendizaje autónomo, se rehúsa a reformular sus objetivos, herramientas y competencias, perpetuando una praxis incapaz de dialogar con la complejidad del presente.
Frente a esa inercia, CAJAS irrumpe como espacio de promesa. Siguiendo la lectura de Mario Montalbetti, la caja se concibe como incógnita: contenedor cuyo contenido aún sin nombre deviene variable lógica capaz de asumir infinitas configuraciones. La promesa radica en esa incertidumbre productiva, en la capacidad de alojar futuros todavía no pronunciados.
En su condición de contenedor material, la caja articula una paradoja de escalas: lo diminuto puede detonar efectos desproporcionados mientras lo monumental puede devenir casi intangible. Así, todo fragmento de materia opera como algoritmo de posibilidades.
La práctica derivada de esta promesa se sustenta en un marco tecno-crítico basado en la automatización, la optimización y los modelos de aprendizaje. Tales recursos operan como instrumentos críticos destinados a desmontar los métodos dominantes de producción espacial y abrir lógicas alternativas de creación.
Desde la perspectiva del SUR, esta apuesta adquiere tono insurgente: la periferia se erige en laboratorio de futuro, desplazando el centro de gravedad disciplinar hacia territorios históricamente subalternizados y revelando otras genealogías de innovación.
Cada caja, en tanto ARTEFACTO de intriga temporal, promete un output maleable a contextos tecnológicos, sociales y culturales diversos. Dicho resultado puede cristalizarse en JUEGOS, prototipos, infraestructuras o líneas de código, o desplegarse en ARQUITECTURAS tangibles. En todos los casos, el proceso se alimenta del juego y la experimentación como motores de conocimiento, orientados siempre por la mirada crítica y transformadora del SUR.
Bienvenidos a Cajas: abramos la promesa.